La arena y la ceniza que caen acumulaban hasta 5 centímetros en aldeas ya abandonadas en las laderas del volcán, dijo Armen Putra, un funcionario del puesto de monitoreo de Sinabung en la isla de Sumatra.
Más lejos, en Berastagi, una ciudad turística en la provincia de Sumatra del Norte, a unos 20 kilómetros (12,4 millas) del cráter, los automovilistas encendieron los faros durante el día para poder ver entre la ceniza.

No hubo muertos ni heridos por la erupción, dijo el Centro de Mitigación de Riesgos Geológicos y Vulcanología de Indonesia.